Tuve una conquista que a los ojos de todos, era “el indicado”. Hablamos de un hombre encantador para mi madre, y vaya que eso si es importante!, profesional, estable económicamente, decente, educado, buen mozo, culto, de buena familia (conocida también por mi madre). En fin, si hubiera sido por ella, ya hubiese parido cinco muchachos.
¿Qué pasó?... nada. Absolutamente nada. Una espera oír el tilín tilín en el estómago. No es algo que necesariamente tenga que estar estrechamente involucrado con el amor, también hay tilines que te recuerdan otras cosas.
Pues bien,... nada!. El tipo era perfecto, super perfecto pero sólo para mi mamá. Yo no sentía nada que me hiciera perder un poco la cordura por aquel individuo. En lo corto de nuestra relación, yo llevaba “el control”. Siempre tenía la palabra inicial y final, del lugar al que iríamos o los planes que ejecutaríamos en algún momento.Y no precisamente por “controladora” sino porque si no lo hacía nos quedábamos viendo al techo. El sujeto estaba ansioso por comprometerse. Las pocas veces que abría la boca para construir una frase u oración mas larga que un simple si, bien, no, ok; preguntaba curiosamente, si para mi era importante hacer un fiestón enorme al momento de casarme, con montones de invitados y cosas por el estilo. Confieso que irónicamente, esa inquietud y esa intensidad en cuanto al tema, me asustó un poco y me mantuvo alerta. Para mí, resultaba extremadamente sospechoso tanto interés en casarse debido a que a mi parecer, no era conmigo con quien deseaba hacerlo sino con cualquier mujer que le dijera que si. Probablemente, si hubiese aceptado, ahora estaría viviendo de lo mejor sin las preocupaciones o complicaciones que me aquejan en la actualidad, pero con una pena mucho mas grande y poderosa para mi, como lo es estar con alguien que no me hace ni ñe.
Aprovecho la oportunidad, para hacer un llamado general a nuestras madres. La influencia que ellas ejercen ante mujeres como yo, es de alta prioridad al momento de decidir. Crease o no (y algo me dice que la tendencia es hacerlo) basta que tu mamá te diga. – Ni se te ocurra salir con ese tipo! – para que te estés dando un buen duchazo, destroces tu closet, te conviertas en un bolido, te maquilles, te seques el cabello y salgas corriendo a los brazos del prohibido, en tiempo record.! O en su defecto, todo lo contrario!. Tu mamá, con ínfulas de Mata Hari, te dice – Ese niño es espectacular... me gusta. - Al tiempo en que te acaricia el cabello, te mira con cara de ángel y te invita a tomar un café. Tú: respiras hondo y recuerdas la técnica “TAI CHI del maestro Cheng”, movimiento N° 34, llámese “La Grulla Blanca, despliega sus alas” seguido del N° 54 “vuelo en diagonal”, y contestas – mamá... no es mi tipo.-
El duelo comienza. “La Dama de Jade arroja la lanzadera II”, se acerca con el “desviar afuera, traer, presionar y empujar” (paso N°44). Tú: aplicas el “caminar hacia atrás para repeler al mono II” sintiendo el “descenso de látigo simple” y antes de llegar a usar el de “El pollo dorado en una pata”; ambas deciden “cepillar la rodilla y dar un paso sinuoso” en diferente dirección.
Nunca antes, el TAI CHI CHUAN había sido tan estresante.!
Si para comple
tar, el individuo es hijo de algún conocido! Válgame Dios! En este punto, lo mejor es persignarse y encomendarse a los Santos. Instintivamente el campo de batalla se abre ante tus ojos y sabes, que te has metido en un peo!.
La primera vez que sales con el individuo, tu mamá te dá algunos consejos:
- No hables de política!, No seas malcriada!, No le vayas a salir con una de las tuyas!, sé atenta!, No lo trates mal!, sé agradable!, déjalo hablarrrrr!... -
Coñññooo! No sería mejor si buscáramos en las páginas amarillas, específicamente en la sección de la Dra. Corazón y le mandáramos aunque fuera por correo a una mejor candidata? Si esa es la imagen que tu madre tiene de ti, ¿qué mas puedes esperar?. Prefiero pagar mi campaña electoral, antes de permitir que mi mami, me haga propaganda. En resumen, nuestras madres están mucho más desesperadas que nosotras. No sé si es un acto de rebeldía inconsciente de mi parte o solo se trata de desobediencia civil, pero al menos soy como quiero ser y estoy con quien quiero estar. Les pido de corazón, que no nos hagan sentir esa “obligación”, porque no hay cosa más desagradable que ésta. Dejénnos elegir... y la bendición.